El pensamiento personalizado implica asumir la responsabilidad excesiva por situaciones negativas externas, atribuyéndolas a defectos personales.
Ponerlo en palabras. Como si fueras un observador escribir el pensamiento diciendo, por ejemplo, “estoy teniendo el pensamiento de que soy un fracaso” o “estoy teniendo el pensamiento de que todos me van a rechazar”.
Ciencia Las frases y hábitos que generan pensamientos oscuros y malestar interno sin que te des cuenta Hay pensamientos que parecen verdades absolutas, pero solo alimentan inseguridades.
Experiencias pasadas: Situaciones traumáticas o fracasos previos pueden generar desconfianza hacia el futuro.
Ridiculizarlo: repetirlo en voz alta con una voz graciosa o cantarlo como una canción absurda. Esto debilita su poder sobre ti.
Los pensamientos negativos no son más que eso: construcciones mentales aleatorias desagradables, agitadoras y productoras de ansiedad, normalmente basadas en remordimientos del pasado o temores sobre el futuro.
El pensamiento negativo se origina por diversas razones. Comprender estas causas es esencial para abordar y transformar estos patrones. A continuación, se presentan dos categorías principales que contribuyen a este tipo de pensamiento.
Las terapias cognitivas conductuales y las ACT (de aceptación y compromiso) pueden ser una estrategia para trabajar con los pensamientos negativos. Especialmente para entender que no son la realidad sino una lectura que se hace de ella. La tarea será entonces, empezar a ponerlos en duda y cuestionar la veracidad de esas afirmaciones.
No caen en la cuenta de que en más de una ocasión el éxito viene despues de multitud de fracasos y que por eso nunca nos debemos rendir.
Es difícil evitar que esos pensamientos vengan a nuestra mente, pero si los dejamos partir sin pensar demasiado en ellos no les dejaremos que nos provoquen malestar alguno.
SOMOS capaces de hacer lo que nos propongamos. Son sólo los pensamientos negativos los que nos impiden conseguirlo.
Envejecer da miedo. Cada día se nos presentan nuevas pruebas de que ya no somos los mismos jóvenes de antes. Nos miramos en el espejo y sentimos que se nos escapan las oportunidades y que nuestras capacidades se ven comprometidas.
Este tipo de pensamiento también puede llevar a sentimientos de ansiedad y depresión. Es común que quienes piensan negativamente se sientan atrapados en un ciclo vicioso. La percepción negativa influye en tus emociones y acciones.
Ejemplo: pocas personas website escriben comentarios positivos sobre un servicio o producto, pero si algo no les ha gustado, no escatimarán tiempo y esfuerzo en escribir un comentario enfadado.